miércoles, 23 de enero de 2008

Freud, Darwin y Copérnico

(...) Sigmund Freud acostumbraba a decir que las grandes revoluciones de la historia de la ciencia compartían un rasgo singular y paradójico: derrocar la arrogancia humana de los pedestales en que se había subido. Copérnico desplazó nuestro hogar desde el centro hasta la periferia; Darwin nos relegó a un "origen animal" y Freud, con el inconsciente hizo añicos el mito del hombre racional.
En ese sentido freudiano, la revolución darwinista sigue siendo incompleta. Aunque acepta el hecho de la evolución, la mayoría continúa mostrandose racia a abandonar la confortable idea de evolución entendida como progreso o preñanda al menos con un principio básico de avance; progreso que haria predecible, si no inevitable, la aparición de la conciencia humana. No destruiremos el pedestal mientras continuemos defendiendo, como principio fundamental, el progreso o la adquisición de complejidad creciente, mientras no aceptemos la posibilidad de que HOMO SAPIENS constituya una ramita minúscula, surgida en el último momento, del arbusto frondoso de la vida; un pequeño brote que no aparecería na segunda vez si pudieramos replantar el arbusto desde su semilla. (...)

S. J. Gould- La evolución de la vida en la tierra

1 comentario:

Tay dijo...

Un fragmento genial, gracias por compartirlo.